Los Moyune o Moyunes, hechos en la provincia de Anhui, no es sólo una de las mejores variedades de tés verdes de la zona, sino uno de los mejores tés verdes de toda China. Su característica distintiva es la suavidad de la hoja, que raramente toma la apariencia de perdigón de pólvora de otros tés verdes, por su calidad suave y aceitosa. También destacan por la claridad en la taza y una riqueza que otros verdes no tienen.
En cualquier caso, el nombre de Moyune, que es el distrito de origen de estos tés, queda solo para los más eruditos, puesto que ahora esos tés se les conoce por el nombre de Huangshan Mao Feng, que significa “punta del pelo de la Montaña Amarilla”.
Los Moyune se dividen en tres clases: Nanking, Packeong y Moyunes verdaderos. La parte superior del brote de los Moyunes Nanking y Packeong son unos tés soberbios, con un paladar atractivo y un cuerpo pleno y rico. Por la delicada textura de su hoja, no soporta la manipulación. Los Moyunes verdaderos se distinguen por su apariencia pálida y su peculiar aroma a prímula. Los Ouchaines son tés Moyunes pequeños y granulados, no tipo pólvora.
Los Moyune generalmente llevan el nombre del cultivador, por ejemplo, Cha Eu Sung: “el té de Eu Sung”.
Aunque no sea propiamente un té aromatizado, esta variedad produce una bebida con un ligero sabor a albaricoque y con la fragancia de las magnolias, aunque éstas no crezcan cerca de su zona de cultivo. Quizás los melocotoneros que florecen sobre las colinas que rodean Huangshan (la Montaña Amarilla) en la provincia de Anhui contribuyan a su sabor. Y quizás por eso se le incluya entre los cinco tés más conocidos de China.
Los bebedores de té de Huangshan tienen un dicho: la primera taza es la más fragante, la segunda la más dulce y la tercera la más fuerte.
Cosechado muy joven cuando sólo hay un capullo y una única hoja que se desdobla, durante el procesado sus hojas son de un verde amarillento, planas con una ligera curva, y cubiertas de vello plateado. La cosecha Qingming (a comienzos de abril) se vende como grado especial.
En todo el campo chino hay leyendas que reflejan la tragedia de la vida en la antigua China, y hay una unida a Huangshan Mao Feng. Un joven y una bella jovencita de una plantación de té estaban enamorados, pero el tirano local la tomó como concubina. Ella escapó, y se enteró de que el señor había matado a su amante. Cuando encontró el cuerpo del muchacho en lo más profundo de las montañas, lloró y lloró, hasta que se convirtió en lluvia, mientras el cuerpo de su amado se convertía en arbusto de té. Por eso, dice la leyenda, el área donde crece este té es nubosa y húmeda todo el año.